Estándar de Trabajo

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PERDIGUERO DE BURGOS

 Está claro que la ANDADURA del perdiguero debe ser el trote. Se entiende, sin embargo, un trote veloz, el trote de un perro lleno de avidez y pasión, interrumpido de algún tiempo de galope. Nada maravilla más si en el desarrollo del turno de la prueba, la avidez y pasión llevan al perdiguero a alternar fases de trote serrado con tiempos de galope. Se da por descontado que el perdiguero que alterna trote con galope en los diez o quince minutos de la prueba, mantendrá constantemente el trote después de una hora de caza.

Pero la ANDADURA de rigor, cuando afronta la emanación de la caza, es de trote. Es una andadura vivaz y de rendimiento que se desarrolla en diagonales casi siempre rectilíneas, bien espaciadas y en relación al olfato excelente del que da prueba este gran parador, siempre y cuando no exceda a la andadura, contraria a su naturaleza.

El perro, a menudo, si galopa por exuberancias no debe exceder en tal andadura y esto evidentemente significa que el galope puede manifestarse sin necesariamente pesar sobre el complejo del estilo; la demostración de tipicidad de andadura debe evidenciarse sobre todo cuando el perro siente la emanación de la caza; ahora el trote es de rigor, con cabeza alta y cuello erecto al inicio de la guía.

La BÚSQUEDA debe ser espaciosa. Se rechaza el concepto del perdiguero de búsqueda restringida.

La amplitud de la búsqueda está dada por la amplitud del terreno y el perdiguero debe alargarse tanto cuanto es racionalmente posible en los terrenos abiertos, manteniendo, se entiende, la unión con el conductor y restringir la amplitud de búsqueda en terreno cubierto o menos amplio.

Propio en el perdiguero esta versatilidad que le permite desarrollar una búsqueda correcta en cualquier clase de terreno, lo que es una de las cualidades más estimadas de la raza.

El perdiguero de búsqueda demasiado restringida, así como aquel demasiado lento, aunque trotador, debe ser en nuestra opinión, severamente penalizado (donde por demasiado lento se entiende el perro que por linfatismo, carencia de energía o poca pasión, desarrolla una velocidad inferior al límite indispensable para una búsqueda dinámica y espaciosa). Se desea del perdiguero búsqueda ávida y muy dinámica.

Es de ver que en algunos sujetos falta la requerida rigidez de la cola en la MUESTRA. Esto es más verificable en las pruebas con codorniz liberada, donde la caza tiene emanaciones sospechosas, que invitan al perro a tratarla con confianza; sin embargo el movimiento de la cola en la muestra se verifica a veces con caza natural y esta manifestación asume aspectos decididamente negativos. A veces el perdiguero muestra con la cola un movimiento y en breve instante la pone en rigidez absoluta.

En todo esto se es de la opinión que una muestra hecha con cola en movimiento y sin sucesiva rigidez, no puede constituir punto válido. Si es posible, se puede llamar al perro a otra prueba con posible encuentro con la caza y si mostrara con la cola en movimiento, se deberá eliminar al perro concursante.

El perdiguero ventea, enfila y después muestra. A menudo la muestra vendrá movida sin mostrar de golpe e instantánea. La muestra hecha con morbidez está estrechamente unida y casi en función de la enfilada que la precede; ahora bien, cuando el perro no está en condiciones de enfilar, tenderá a mostrar más de golpe. Vemos, por ejemplo, cuando se encuentra de improviso al lado de la caza.

Nuestra recomendación es de ponderar bien tales muestras, siendo más valoradas las muestras de golpe.

El patrón es un argumento delicado que necesita de interpretación. El patrón es acción particularmente impuesta a aquellas razas creadas para trabajar en pareja.

Puesto que en ningún caso el perro debe molestar al compañero en muestra, debe considerarse el patrón no inmediato y aquel que el conductor obtiene atrayendo la atención del perro.